A pesar de que el alcohol y el tabaco son drogas "socialmente
aceptadas", por mucho tiempo se ha considerado que las personas adictas al tabaco o al alcohol, no tienen fuerza de voluntad para
dejar de consumirlas a pesar de saber el daño que ocasiona, y se les califica
negativamente pensando que valen menos que otras personas que no usan esas
sustancias. Sin embargo, según estudios que se han realizado en el Instituto
Nacional de Psiquiatría, se ha comprobado que las adicciones son una enfermedad
crónica que se puede tratar y hasta cierto punto prevenir.
Estas dos sustancias tienen diversas acciones en nuestro organismo y al ser delas "socialmente aceptadas", es más frecuente su uso y abuso en nuestra sociedad.
Nicotina. Estimulante que se encuentra en cigarros y otras formas de tabaco. Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, EPOC y problemas cardiovasculares.
Alcohol. Su consumo
puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos. Las áreas cerebrales
especialmente vulnerables a esta droga son la corteza cerebral (funciones
ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el cerebelo (coordinación
de movimientos).
Pero, ¿De dónde proviene la enfermedad?
Existen los factores predisponentes que a continuación se describe.
Genética
Si bien es cierto
existe cierta predisposición genética para generar adicciones, entre un 40 y
60% del riesgo, se le puede atribuir a la carga de los genes, sin embargo;
existen al menos 3 factores más que describo a continuación.
Entorno
El entorno del
paciente, es decir, si se encuentra en un lugar donde exista un fácil acceso a
las sustancias; sea una conducta común entre sus familiares y/o amigos; se viva
una situación de pobreza; haya poco cuidado y supervisión por parte de los
padres (en los casos de pacientes adolescentes o niños).
Antecedentes personales patológicos
Si el paciente es
portador de una patología de base como: depresión, trastorno de ansiedad,
esquizofrenia, trastorno obsesivo-compulsivo, entre otros, y no ha sido
detectado y/o tratado de manera oportuna y adecuada,; al momento que esté en
contacto con alguna sustancia adictiva, tendrá una alta probabilidad de generar
una drogadicción.
Edad
Los adolescentes,
suelen tomar decisiones guiados por sus emociones ya que su juicio aún está en
formación, neurológicamente hablando; lo más preocupante es que se ha
comprobado que iniciar el uso de estas sustancias a edad tempranas tiene
consecuencias mayores.
Dependencia
Neuronal
La dependencia estas sustancias se genera de
diferentes maneras dependiendo la sustancia, en el caso del alcohol y el tabaco
está relacionado con la función de la dopamina y algunos otros
neurotransmisores que están ligados a la sensación de "recompensa",
al generar la sensación de bienestar hay una inclinación a repetirlo, lo cual
lleva en etapas más avanzadas a la tolerancia, por lo que con el tiempo se
requieren cantidades mayores de alcohol o tabaco o cualquier otra sustancia adictiva para
poder obtener la misma sensación de bienestar.
¿Hay
tratamiento?
El tratamiento debe ser personalizado y podrá
requerir de diversos elementos entre los que destacan:
Farmacoterapia:
recordemos que al estar hablando de neurotransmisores la función cerebral se ha
visto severamente afectada hasta producir otras enfermedades como la depresión,
ansiedad, trastornos del sueño, trastornos en la alimentación, entre otros.
Terapia
cognitivo-conductual: En muchos de los casos y me atrevería
a decir que en todos, es importante el manejo de las emociones y la conducta,
que se provea de estrategias para el manejo del estrés o la ansiedad en los
periodos de abstinencia, así como la concientización de la recaída.
Grupos
de ayuda mutua: Fortalecer las redes de apoyo del
paciente para facilitar la rehabilitación, personas que están motivando y
acompañando en el proceso.
Nutrición
y activación física: Será importante proveer al paciente
de una adecuada nutrición que le permita mejorar físicamente y la activación
para mejorar su calidad de vida, para canalizar la ansiedad por medio del
ejercicio.
Cambios
de hábitos: Se buscará en la medida de lo posible
el paciente no frecuente los lugares que asocia con el consumo de las sustancias, así como las
amistades con quienes las consumía.
Como es de saberse existe la posibilidad de las
recaídas, pero mientras se retome el camino los espacios entre una recaída y
otra tenderán a ser mayores.
La drogadicción no solo es una enfermedad de un paciente, es un problema social que debemos combatir. Se deben intensificar las campañas para evitar el uso de estas sustancias en la niñez y en la adolescencia. Se debe concientizar desde nivel primara y secundaria alertando a los niños y adolescentes de las complicaciones del uso del alcohol y el tabaco.
Desde nuestras casas y trabajos mantener una campaña vigente de prevención para quienes no las consumen e informar que hay tratamiento para quienes ya sean adictos.
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Elegí este tema ya
que el tabaquismo y el alcoholismo son adicciones que se practican
cotidianamente en la sociedad y no estamos alertando a las personas de las
complicaciones de las mismas. Nuestros hijos ven el ejemplo de lo que hacemos y
posteriormente reproducirán las conductas que ven. Debemos prevenir desde
nuestra persona y nuestros círculos cercanos. Aunque me basé mucho en el
artículo que leí, creo que planteé un artículo como yo quise transmitirlo.
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